miércoles, 4 de julio de 2007

En los límites de la blogosfera filosófica


Un blog puede cambiar la manera en la que se relaciona la gente: el periodista y el lector, una empresa y sus consumidores, un candidato a la presidencia y los votantes, el CEO de una organización y sus empleados. No por nada hay casos bien documentados de empresas y organizaciones que contratan bloggers independientes para escribir el diario de una campaña presidencial o de lo que ocurre al interior de una empresa. Incluso se han contratado personas específicamente para recorrer la blogosfera en busca de indicadores que le digan a una empresa u organización cómo están reaccionando los consumidores a sus productos (ya sean éstos tecnologías, lácteos o ideas).

Desde que comenzó a existir este blog, hace poco más de un mes, he tenido la suerte de recibir algunos comentarios. En particular, uno de mis posts recibió un comentario de un estudiante asociado y otro de un investigador (quienes también escriben sus propios blogs). Esto sugiere que, al menos en nuestro ambiente, ya existe una blogosfera filosófica, por más incipiente que sea en comparación con la que existe en otras áreas, como la tecnología.

Cualquier artículo acerca del papel que juegan los blogs en nuestra sociedad (como los que se pueden leer en Newsweek, Wired, The Economist o Inc.) enfatizaría este intercambio de ideas como la construcción de un espacio de discusión especial, uno que no tiene lugar en las calles, los libros, ni los pasillos. Un espacio que, si bien adquiere cierto grado de seriedad al ser un documento publicado (si lo pensamos, internet es una enorme casa editorial), también se caracteriza por estar menos constreñido por normas editoriales y de otro tipo, y por estar al servicio de la libre reflexión -un blog tiene una suerte de conversación escrita y recurrente con uno mismo.

Uno de estos artículos relata lo que ocurrió cuando un destacado periodista de la revista Wired quiso entrevistar a un importante personaje de la blogosfera tecnológica. Su petición fue terminantemente rechazada. Quien se rehusó a ser entrevistado insistió en utilizar su propio blog como canal de comunicación y lo ofrecía como herramienta periodística (a disgusto del entrevistador) pero, sobre todo, argumentaba que adherirse al uso de su blog lo libraría de ciertos riesgos que corre cualquier incauto al ser entrevistado: la malinterpretación, la falta de control sobre sus palabras, la cita descontextualizada. El incidente suscitó un escándalo tal que muchos bloggers se aliaron en contra del "ejercicio desigual de poder" entre el periodista y el sujeto, mientras que los periodistas defendieron la idea de que cuando un sujeto accede a ser entrevistado, se suma al "gran acto participativo" mediante el cual todos nos beneficiamos (ver Newsweek). Al final, el artículo nunca se publicó en Wired, pero sí se publicaron muchos acerca de lo ocurrido, en otras revistas.

Hoy recibí un comentario importante acerca de uno de mis posts (el del pasado 11 de junio) fuera de la blogosfera. Resulta que en esa ocasión, no fue el blogger (o sea, yo) el que corrió el riesgo de ser malinterpretado, sino quien inspiró algunas de mis líneas -algo no contemplado en situaciones como la que relaté arriba (véase mi aclaración al post del 11 de junio, en comentarios). Mi condición de blogger me hizo acreedora a una entrevista con el director del IIF, quien -aunque no escribió ningún comentario a mi post- se mostró interesado en clarificar algunas de las ideas ahí vertidas, y se manifestó abierto a la comunicación. Eso me hace pensar en la importancia de la palabra escrita o pronunciada en los límites de la blogosfera (no dentro de ella pero de alguna manera vinculada con ésta). También me hace pensar que, al igual que los líderes de empresas y organizaciones, el director del IIF se toma en serio lo que se discute en la blogosfera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo una visión mixta de todo lo ocurrido. Por un lado, sobre la blogosfera. Aunque estoy consciente de que es sólo un término para definir al conjunto de gente que tiene un blog y que convive electrónicamente con otros autores, siento que se ha convertido en un concepto difuso, parecido al que la gente común y corriente tiene de los hackers, de los programadores, o para el caso, de los jíbaros o los hippies. Parecería que la blogosfera es un quinto poder, conformada por una serie de personas bien informadas y dispuestas a romper con todos los conceptos establecidos de comunicación y de adherencia a sus principios.
Puede que, como masa, así sea. Sin embargo, en lo particular, la realidad es que muy poco de lo que hay en la "blogosfera" es de calidad, o incluso genuino y auténtico. Abundan los blogs malos, los aburridos, los superficiales, los patéticos. Claro, que un blog que trata temas tan "niche" como el tuyo reciba comentarios puede probablemente significar que, al menos, está recibiendo una atención que por cierto creo que debería crecer. Esta atención no puede dejar de tomarse en serio, pero sobre todo por el contenido mismo de tu artículo, y lo que está publicado en el blog antes y después de ese artículo. Porque tener un blog es tan fácil que puede ejercerse de forma irreflexiva, pero en cuanto un blog tiene uno, dos, diez artículos que invitan a pensar o al menos a disfrutar, se convierte en un referente y al mismo tiempo en una responsabilidad: todo lo que has dicho está demasiado a la mano, aunque todos los días edites y modifiques lo que habías dicho ayer.
El problema que mencionas de la entrevista que nunca ocurrió tiene tintes adicionales: el entrevistador es Fred Vogelstein, que durante años ha sido reportero para Wired, una de las fuentes más serias en cuanto a tecnología se refiere, y el entrevistado Dave Winer, que estuvo en el centro de toda la revolución del blogging cuando ocurrió hace unos años, y me atrevería a decir que fue el padre del blog moderno. La postura de Winer es entendible en cuanto a que probablemente sus palabras habían sido malinterpretadas ya demasiadas veces, y porque quizás pensó que sería interesante primero publicar las preguntas y respuestas de la entrevista para provocar comentarios (existen casos célebres de libros que nacieron como "libroblogs", es decir, su contenido iba lentamente publicándose en el blog y lentamente evolucionando dependiendo de los comentarios recibidos. The long tail, que estuvo semanas en el top 10 de Amazon, es uno de esos casos. El título del blog -www.thelongtail.com- solía ser "A public diary on the way to a book").
También la posición de Vogelstein es entendible, siendo una figura renombrada y mereciendo un trato mucho más respetuoso, a pesar de que creo que finalmente podría haber decidido hacer la entrevista por mail aunque, como él justifica, no tuviera la ventaja de la conversación para ir encontrando nuevas direcciones para la entrevista.
Pero en el fondo, siento y lamento una filosofía que le otorga demasiado peso a ser citado fuera de contexto y ser parafraseado de manera injusta. Como todo blogger debería saber, uno siempre tiene derecho de réplica en su propio blog, y más tratándose de un blogstar como Calacanis o Winer. Y en ese sentido, el entrevistador está aún en mayor desventaja, porque el dueño del blog puede editar, cortar y pegar a su antojo incluso los comentarios hechos por sus "enemigos". Por eso me hace cada vez más sentido que la prensa y la blogosfera estén tan peleadas: están pisando uno a otro sus áreas tradicionales de poder.
Pero por lo pronto Vivette, te felicito por haber sido tomada en cuenta y, lejos de colgarte una medalla y dormirte en tus laureles, tienes la responsabilidad de seguir llenando este blog con contenido valioso e invitante. De ese modo, quedará más que justificado el interés que se desprenda de él, tanto dentro como fuera de la blogosfera...

Anónimo dijo...

Hola chica, espero estés bien, con mi primer husmearte espero poder charlar de buen modo y en condición contigo. Digamos que soy un colega tuyo pero muerto, así es esto de ser filoso-pijo en una academia decadente de país incoherente. Mira tú a ver qué tal: http://www.medialab-matadero.es/article/en_modo_web_20_egoblogias__subjetividad_y_resistencia_en_el_fenomeno_blog Atte. Vlad, quien daría todo por encontrar a un Emerson hispano. Ánimo y que nos sea leve. Hasta luego.