lunes, 11 de junio de 2007

Con rigor, precisión conceptual y un estilo escueto



El primer número de Crítica, la “revista hispanoamericana de filosofía” que publica el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, salió a la venta en enero de 1967. Hace unas semanas se conmemoraron los 40 años de su fundación con un coloquio. En la ceremonia inaugural se repartieron unas hojas donde se podían leer el contenido de ese primer ejemplar y el mensaje fundacional del comité de dirección, cuyo primer párrafo se puede resumir así: “En los últimos años una nueva tendencia parece acusarse en la filosofía hispanoamericana…la filosofía deja de concebirse como aventura especulativa, para entenderse como análisis conceptual y como crítica”.

Así conocí el texto mediante el cual se nos exhorta a todos los que rondamos los pasillos de ese instituto -filósofos y aprendices de filósofos, generación tras generación- a expresarnos con rigor, precisión conceptual y un estilo escueto. También es el texto que nos previene de confundir la investigación filosófica (siempre metodológica) con la mera reflexión (esfuerzo pseudoliterario). Pero sobre todo, es el texto que por un lado nos infunde el miedo a caer en “generalizaciones vacías o en un dilettantismo [sic] retórico” y, por el otro, nos encomienda la labor de hacer una aportación a la filosofía en calidad de pensadores hispanoamericanos. Por un lado nos sentencia a evadir la generalización (puesto que corre un enorme riesgo de ser vacía o irrelevante), y por el otro nos asegura que es posible alcanzar el despliegue de originalidad que se requiere para hacer una aportación filosófica sin que ello conduzca a la elaboración de filosofía ficción, esto es, a la elaboración de “sistemas personales del mundo”.

Leer este texto me produjo la impresión de tener en mis manos la versión concisa de un manual para escribir filosofía analítica, así como el acta constitutiva del instrumento que serviría para calificar y para difundir los productos que resultaran de la aplicación de ese manual. En el podium, el sentimiento general, a 40 años de la puesta en marcha de este esfuerzo de “des-ficcionalización” de la filosofía, era de éxito y celebración. Cierto, Crítica se ha consolidado como una revista filosófica con penetración internacional. Pero los elogios fueron demasiado lejos. Hubo incluso quien afirmara que nos hemos acercado más a la “Verdad” (¿eh?), que los métodos de la “filosofía analítica hispanoamericana” (¿qué es eso?) han contribuido sustancialmente a “librarnos del error y la oscuridad” (¿es en serio?).

En una nota más en sintonía con el nombre de la revista, la tendencia de Crítica a publicar sobre cuestiones más bien monotemáticas (sobresalen la filosofía del lenguaje y ciertas corrientes éticas) le valió la insistencia de Luis Villoro -uno de sus fundadores- a no denominarse una revista de filosofía analítica. A abrirse a otras corrientes críticas como la hermenéutica, los estudios de la ciencia contemporáneos y el multiculturalismo. A rescatar quizás la frase más importante de aquel texto fundacional, y acaso la única consigna que no ha recibido atención suficiente:
Sin pretender representar ninguna escuela, [Crítica] intentará recoger las preocupaciones de los representantes de la nueva actitud ante la filosofía que se abre paso en América Latina, y servirá también para encauzar los valores que vayan surgiendo en las nuevas promociones.

2 comentarios:

Daniel G.G. dijo...

Querida Vivette:

Coincido con Usted respecto a la poca atención que se ha prestado a la frase del escrito fundacional... En algunos volúmenes, hasta el subtítulo de la revista luce incongruente: ¿"revista hispanoamericana" cuando el 90 o 100 por ciento de los artículos están en inglés? por qué no llamarla, entonces, simplemente "Critics"?

A saber...

Daniel G. G.

Vivette García dijo...

Algunas de las frases entrecomilladas en este post ("Verdad", "librarnos del error y la oscuridad") no reflejan adecuadamente las palabras pronunciadas durante el evento conmemorativo de Crítica por el director del IIF, Guillermo Hurtado.
El uso y la interpretación que les doy a estas palabras son responsabilidad mía únicamente.